El desarrollo profesional es esencial para el crecimiento y éxito tanto de la plantilla como de la empresa. Un plan de desarrollo bien estructurado actúa como una hoja de ruta que guía y potencia las habilidades y competencias de las personas empleadas, asegurando su progreso y satisfacción laboral. Estos son los puntos a seguir para crear un plan de desarrollo profesional efectivo en la empresa.
Evalúa la situación inicial
El primer paso para crear un plan de desarrollo profesional efectivo es evaluar la situación inicial. Haz una lista de las fortalezas, habilidades, intereses y áreas de mejora de cada empleado/a para identificar las áreas específicas que requieren desarrollo.
Para esta evaluación inicial puedes realizar evaluaciones de desempeño, encuestas de retroalimentación de 360 grados o simplemente tener conversaciones abiertas con las personas empleadas. Estas evaluaciones te proporcionarán información valiosa sobre las habilidades y competencias actuales de cada persona, así como sus aspiraciones profesionales. También te puedes apoyar en tests de personalidad como el Test DISC.
Define objetivos para el futuro
Una vez evaluada la situación inicial, es el momento de establecer objetivos claros para el futuro. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado (SMART) —puedes profundizar sobre ello en el post Cómo afrontar la transformación digital—. Anota los objetivos de largo a corto plazo, de forma que te permita estructurar mejor y asegurar que haya una progresión y un enfoque adecuados.
Por ejemplo, un objetivo a largo plazo podría ser «alcanzar un puesto de liderazgo en el departamento en los próximos cinco años». Un objetivo a mediano plazo podría ser «mejorar las habilidades de comunicación para liderar reuniones efectivas dentro de los próximos dos años». Y un objetivo a corto plazo podría ser «participar en un curso de comunicación efectiva en los próximos tres meses».
Diseña un plan de acción
Una vez que hayas establecido los objetivos, es hora de diseñar un plan de acción que te ayude a alcanzarlos. El plan de acción debe incluir las actividades y medidas concretas que te permitirán desarrollar las habilidades y competencias necesarias.
Una opción es buscar oportunidades de desarrollo dentro de la empresa, como formaciones, programas de mentoría o asignación de proyectos especiales. Estas actividades te brindan la oportunidad de adquirir nuevas habilidades, ampliar tus conocimientos y aplicarlos en situaciones reales de trabajo.
Otra opción es buscar oportunidades fuera de la empresa, como asistir a conferencias, seminarios o cursos externos. Estas actividades te permiten aprender de expertos/as en el campo y establecer contactos con profesionales de la industria.
Es importante personalizar el plan de acción de acuerdo con las necesidades y metas individuales de cada persona empleada. Al tener un enfoque personalizado, se maximiza el impacto del desarrollo y se crea un mayor compromiso por parte de todas las personas.
Identifica los recursos necesarios
Para llevar a cabo el plan de acción, es crucial identificar los recursos necesarios. Esto incluye determinar qué medios están al alcance y qué requisitos deben cumplirse para lograr los objetivos establecidos.
Los recursos pueden incluir materiales de estudio, presupuesto para formaciones, acceso a herramientas o software específico, y tiempo asignado para actividades de desarrollo. Es importante asegurarse de que los recursos necesarios estén disponibles y sean accesibles para las personas empleadas que participan en el plan de desarrollo profesional.
Además, no subestimemos el valor del apoyo de la empresa y los líderes. Un entorno de trabajo que fomente el desarrollo profesional y proporcione el respaldo necesario aumentará las posibilidades de éxito en la implementación del plan.
Haz seguimiento
Un plan de desarrollo profesional efectivo requiere un seguimiento regular para evaluar el progreso y realizar ajustes si es necesario. Establece fechas límite realistas para las metas a corto y mediano plazo, y realiza un seguimiento periódico del avance hacia esas metas.
El seguimiento puede incluir revisiones de desempeño regulares, reuniones de seguimiento individual o incluso la creación de tableros de seguimiento visual para monitorizar el progreso de los objetivos. Al hacer un seguimiento constante, se puede identificar cualquier desviación y tomar medidas correctivas a tiempo.
Además, el seguimiento no solo debe centrarse en los resultados finales, sino también en el aprendizaje y el desarrollo continuo. Es importante celebrar los logros alcanzados y reconocer los esfuerzos realizados por las personas empleadas en su camino hacia el desarrollo profesional.